La principal fuente de su vida nos llega a través de Diógenes Laercio. Nació en el seno de una familia aristócrata, pero evitó su pudiente vida convirtiéndose en un filósofo ermitaño autodidacta. La obra de Heráclito es completamente aforística y se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως). Como los demás filósofos griegos anteriores a Platón, no quedan más que fragmentos de sus obras, y en gran parte se conocen sus aportes gracias a testimonios posteriores. Estos fueron recopilados por Hermann Diels y Walther Kranz en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker bajo la numeración Diels-Kranz.
Fue conocido también como El Oscuro de Éfeso y El Adivinador[5] debido a la naturaleza oracular y paradójica de su filosofía, y El filósofo llorón[6] (en contraste con Demócrito, "el filósofo risueño"), debido a una supuesta personalidad melancólica y tristona. No obstante, respecto a este último epíteto, Geoffrey Stephen Kirk y John Earle Raven han señalado que se basa en juicios "totalmente triviales" [7] que provienen en primer lugar, de referencias burlescas a la idea heraclítea de que todo fluye como el río, y en segundo lugar, a un error de traducción a Teofrasto. Este último se refirió a Heráclito utilizando la palabra μελαγχολία con el sentido de "impulsividad" y no de "melancolía", significado que posteriormente adquirió, confundiendo a Diógenes Laercio, y llevándole a atribuir a Teofrasto la teoría de que Heráclito no completó algunas de sus obras debido a la melancolía.[8][9] Es así que hasta ahora no existen antecedentes históricos fiables que respalden el carácter pesimista de Heráclito.
Por otro lado, las expresiones crípticas del efesio han sido objeto de numerosas interpretaciones. Ha sido visto de diversas maneras: como un "monistamaterialista o un filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-intelectual".[10]
La idea central de la filosofía de Heráclito es la . Heráclito creía que el devenir del mundo estaba regido de acuerdo con lo que denominó el Logos (traducido como "palabra", "razón" o "discurso"). También creía que el cosmos era una transmutación de fuego. Heráclito fue famoso por su insistencia en el cambio; vio el mundo en constante flujo, cambiando mientras permanecía igual, lo que expresó en el dicho: "Ningún hombre se sumerge dos veces en el mismo río" (panta rei). En contraste, el eléata Parménides declaraba que "lo que es, no puede no ser", negando así la transitoriedad del ser. Ambos pensadores influyeron en Platón y también, en consecuencia, a la filosofía occidental. Heráclito es considerado como uno de los fundadores de la dialéctica y en parte de la metafísica y la moral.[11][12]
Biografía
Éfeso en la costa de Asia Menor, lugar de nacimiento de Heráclito
La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del historiador Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.
Heráclito "floreció" en la 69.ª Olimpiada, 504–501 a. C.[13] Hijo de un tal Heración o Blisón, Heráclito se crio en el seno de una familia aristocrática hereditaria del cargo de Basileos c. 540 a. C. en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es Turquía. Tal cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.[14][15] Diógenes relata que Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras, Jenófanes y Hecateo no sabían nada y que Homero y Arquíloco merecían ser derrotados.[16] No fue discípulo de nadie, aunque se dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego afirmó que "sabía todo".[17] Odiaba a los atenienses y a sus compañeros efesios,[18] deseando a los últimos riquezas como castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por desterrar a su líder más destacado.[19][20][11] Debido a ello, se retiró a los montes a vivir como un ermitaño.[21] Es probable que interviniera en los asuntos de la ciudad en el período en que el gobierno de Persia había dado lugar a la autonomía.[22]
La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por una hidropesía. Los médicos que consultó no pudieron prescribir una cura.[21] Diógenes enumera varias historias sobre la muerte de Heráclito en dos versiones. En una Heráclito se curó de la hidropesía y murió de otra enfermedad.[23] Sin embargo, en un relato, el filósofo se enterró en un establo esperando que el calor húmedo del estiércol le sacara la humedad nociva, mientras que otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y, después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el mercado. Murió hacia el año 470 a. C. Según Neantes, después de mancharse con estiércol, Heráclito fue devorado por perros.[24][25]
La obra de Heráclito es completamente aforística. Su estilo remite a las sentencias del oráculo de Delfos y reproduce la realidad ambigua y confusa que explica, usando el oxímoron y la antítesis para dar idea de la misma. Diógenes Laercio (en Vidas..., IX 1–3, 6–7, 16) le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza (περὶ φύσεως), que estaba dividido en tres secciones: «Cosmología», «Política» y «Teología».[14] No se sabe nada más de este libro.
Muchos filósofos posteriores de este período se refieren a Sobre la naturaleza. Charles Kahn dijo: "Hasta la época de Plutarco y Clemente, si no más tarde, el librito de Heráclito estaba disponible en su forma original para cualquier lector que quisiera buscarlo".[26] Laercio comenta sobre la notabilidad del texto, declarando: "Su libro se hizo tan célebre, que llegó a tener secuaces, llamados heraclitianos".[27] Entre los filósofos prominentes identificados hoy como heraclíteos se incluyen Crátilo y Antístenes, que no debe confundirse con el cínico.[14]
Los fragmentos de su obra que han sobrevivido fueron reunidos y explicados por primera vez en la Edad Contemporánea por Schleiermacher en su compilación Herakleitos der Dunkle von Ephesos de 1807.[28] Estos se catalogan actualmente utilizando el sistema de numeración Diels-Kranz, recopilados en la obra Die Fragmente der Vorsokratiker (1903).
El primer estudioso en proponer un ordenamiento de los fragmentos fue P. Schuster (1873),[29] poniendo a la cabeza de todos el que posteriormente fue dispuesto como B56 (Diels-Kranz) y que refiere la adivinanza que unos niños plantearon a Homero, y que este, «el más sabio de todos los griegos», como lo pinta Heráclito (véase más abajo), no supo resolver. Ingram Bywater en 1877 hizo un reacomodo de los fragmentos conforme a la indicación de Laercio, traducido al español por José Gaos. Es curioso que Bywater no considera importante el fragmento que Schuster pone a la cabeza de todos, y no lo incluye en su propia ordenación. Agustín García Calvo reconstruye la posible estructura del libro en su edición de los fragmentos del mismo, titulada Razón común, en la que distingue tres apartados: «Razón general», «Razón política» y «Razón teológica».
El Oscuro
Heráclito por José de Ribera (1630).
Heráclito es conocido como «el Oscuro», por su expresión lapidaria y enigmática. Aristóteles cita en la Retórica para esbozar la dificultad de entender a Heráclito sin ambigüedad.[30]
Por ejemplo, al comienzo de su composición dice: “De esta razón que existe siempre los hombres ignoran”, donde no está claro si “siempre” debe ir con “que existe” o con “son ignorantes”.[30]
Teofrasto dice (en Diógenes Laercio) que "sus escritos, unos a medio hacer y otros a veces muy ajenos de verdad". Teofrasto pensó que la incapacidad de terminar el trabajo demostraba que Heráclito estaba melancólico.[8]
Según Diógenes Laercio, Timón de Flius llamó a Heráclito "el enigmático" (αἰνικτής ; ainiktēs),[31] una probable referencia a una supuesta similitud con los acertijos pitagóricos. Timón dijo que Heráclito escribió su libro "de manera bastante confusa" (asaphesteron); según Timón, esto tenía como objetivo permitir que sólo los "capaces" lo intentaran.[32]
En la época de Cicerón, este epíteto se convirtió en "El Oscuro" ὁ Σκοτεινός; ho Skoteinós), ya que había hablado nimis obscurē ("demasiado oscuramente") sobre la naturaleza y lo había hecho deliberadamente para ser mal entendido.[33] La obra más antigua que se conserva llamando a Heráclito "el oscuro" es el tratado pseudoaristotélico De Mundo.[34]
El estilo de Heráclito ha sido comparado con el de una Sibila,[35][36] que "con labios delirantes pronunciando cosas sin alegría, sin adornos y sin perfume, alcanza más de mil años con su voz, gracias al dios que hay en ella".[37] Heráclito declaró: "El señor cuyo oráculo está en Delfos ni declara ni oculta, sino que da una señal".[38] Kahn caracterizó las características principales de la escritura de Heráclito como "densidad lingüística", lo que significa que las palabras y frases individuales tienen múltiples significados, y "resonancia", lo que significa que las expresiones se evocan entre sí como la aliteración y el quiasmo.[10]
Heráclito ha sido objeto de numerosas interpretaciones. Según la entrada de la Enciclopedia de Filosofía de Stanford, Heráclito ha sido visto como un "monistamaterialista o un filósofo de procesos; un científico cosmólogo, un metafísico, o principalmente un pensador religioso; un empirista, un racionalista o un místico; un pensador convencional o un revolucionario; un desarrollador de lógica o alguien que negó el principio de no contradicción; el primer filósofo genuino o un oscurantista anti-intelectual".[10]
Doctrinas
Heráclito sostuvo que el fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. Enrique Hülsz afirmó que "todos los distintos temas que forman el conjunto de la filosofía de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en otros".[39] Diógenes Laercio resumen las doctrinas de Heraclito de la siguiente forma:
«Que todas las cosas se hacen por contrariedad, y todas fluyen a manera de ríos. Que el universo es finito. Que el mundo es único, es producido del fuego y arde de nuevo de tiempo en tiempo alternadamente todo este evo. Que esto se hace por el hado. Que de los contrarios, aquel que conduce las cosas a generación se llama guerra y lucha o contención, y el que al incendio, concordia y paz. Que la mutación es un camino hacia arriba y hacia abajo, y según éste se produce el mundo. Que el fuego adensado se transforma en licor, y adquiriendo más consistencia para en agua. Que el agua condensada se vuelve tierra, y éste es el camino hacia abajo. Liquídase de nuevo la tierra y de ella se hace el agua, de lo cual provienen casi todas las demás cosas».[40]
Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural (como el agua para Tales de Mileto, el aire para Anaxímenes y el ápeiron para Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora como, a su vez, lo era para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas.
El Logos
Heráclito por Hendrick ter Brugghen (1628)
La naturaleza está regida por una ley que Heráclito denomina Logos (Λόγος), una antigua palabra griega con una variedad de significados (razón, palabra o discurso en griego).[41] El logos parece una ley universal que une el cosmos, aunque Heráclito "juega deliberadamente con los diversos significados de Logos", no hay ninguna razón convincente para suponer que lo usó en un sentido técnico especial, significativamente diferente de la forma en que se usaba en el griego ordinario de su época.[42]
Este Logos no solo rige el devenir del mundo, sino que le habla (indica, da signos)[38] al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni hablar».[43] El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible, mejor que la visible»[44] pues la naturaleza le encanta esconderse,[45] aunque Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas sean sordas o dormidas al Logos,[46] incapaces de ver lo real. Si bien Heráclito cree en el uso de los sentidos como indispensable para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente e importante fragmento:
Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo confundieron, diciéndole: 'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos'.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 5-10 en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56
Este Logos se encuentra comúnmente dentro del alma de cada uno[47] y hay posibilidad en todo hombre de despertar escucharlo y volverse sabio.[48] La doctrina del logos como razón universal es similar a la doctrina del Tao[48] y fue adoptada por los estoicos, quienes se refirieron a él para sustentar su creencia de que la ley racional gobierna el universo.[49] Teólogos posteriores han identificado el Logos de Heráclito con Dios.[50]
Unidad de los opuestos
Artículo principal:
"Hay armonía en la flexión hacia atrás como en el arco y la lira."[51]
Al uso de los sentidos y de la inteligencia, hay que agregarle una actitud crítica e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio, porque para Heráclito lo sabio es «uno y una sola cosa», esto es la teoría de los opuestos (enantiodromía), interpretación que muestra su monismo, aunque quizás sea más bien dialéctico. El propio Heráclito lo expresará de la siguiente manera:
También la naturaleza tiende a lo opuesto, y de ello y no de lo idéntico es de donde obtiene el acorde.
Diels. Die Fragmente der Vorsokratiker. I. 1912.[52]
Con dicho término se establece en la filosofía de Heráclito «el juego de los opuestos en el devenir, esto es, la noción de que todo lo que es pasa a su contrario».[53]
El todo es divisible e indivisible, engendrado y no engendrado, mortal e inmortal, palabra eterna, padre, hijo, dios justo. Es prudente escuchar al Logos, no a mí, y reconocer que todas las cosas son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 1 en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B50
Según Platón y Aristóteles, Heráclito sostuvo opiniones ilógicas porque las cosas opuestas son idénticas, de modo que todo es y no es al mismo tiempo.[54][55] "La discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia, armonía y unidad de las propias cosas. Aunque, según Oswald Spengler, en Heráclito no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que ningún opuesto puede darse sin el otro."[56]
El conflicto de los opuestos genera una armonía presente en la naturaleza y los asuntos humanos (luz y oscuridad, calor y frío, hombre y mujer...) que dan sentido y riqueza a la existencia.[57] En esta unión de opuestos, tanto de generación como de destrucción, Heráclito llamó a los procesos de oposición ἔρις (eris), "lucha", e hipotetiza que el estado aparentemente estable, δίκη (dikê), "justicia", es una armonía del mismo, que Anaximandro describió como injusticia.
Hay una armonía en la flexión hacia atrás como en el caso del arco y la lira.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2 en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
Aristóteles dijo que a Heráclito le desagradaba Homero porque deseaba que la lucha abandonara el mundo, que según Heráclito destruiría el mundo; "no habría armonía sin notas altas y bajas, ni animales sin macho y hembra, que son opuestos".[58] La realidad es una y múltiple al mismo tiempo por la esencia de todas las cosas, haciendo que exista una identidad o una idea universal concreta basada en la diferencia.[59] La doctrina de Heráclito recuerda al tao de Laozi en su doctrina de la «unidad de los opuestos».[60]
Véase también:Enantiodromía
Panta rei
Artículos principales: Panta rei, Transitoriedad y Devenir.
Heráclito ha pasado a la historia como el modelo de la afirmación del devenir. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta rei» (πάντα ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es el padre de todas las cosas»,[61] una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en el sentido de una mera relación numérica, como en los pitagóricos, sino en el de un ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la cuerda de un arco. El fragmento quizás más conocido de su obra dice:
En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].
Cleantes, Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 519 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B12
«No es posible bañarse dos veces en el mismo río» [62]
El fragmento (citado con frecuencia erróneamente como no se puede entrar dos veces en el mismo río, siguiendo la versión que da Platón en el Crátilo) ejemplifica la doctrina heraclítea del cambio: el río —que no deja de ser el mismo río— ha cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del río fluye y cambia, hay otra (el cauce, que también debe interpretarse y no tomarse en un sentido literal) que es relativamente permanente y que es la que guía el movimiento del agua.
A primera vista esto puede parecer contradictorio, pero debe recordarse que Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos. La historiografía filosófica impuso un Heráclito platonizado con un primitivo empirismo al sostener la evidencia del cambio experimentado por los sentidos.[64][65]
Las cosas cuyo aprendizaje es vista y oído, ésas son las que yo prefiero
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 6 en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B55
Los ojos son testigos más exactos que los oídos.
Polibio, X, 27, 1 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B101a
Sin embargo Heráclito advirtió que la vista da falsedades y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen "almas bárbaras".[4][6] El verdadero conocimiento consiste en comprender esta armonía omnipresente tal como se encarna en la variedad de la percepción.[22]
Malos testigos para los hombres ojos y oídos de los que tienen espíritus que no comprenden su lenguaje.
Sexto Empírico, VII, 126 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B107
Las doctrinas de Heráclito y Parménides de Elea siempre han sido contrapuestas (con cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o (con cierto equívoco) «del todo fluye», mientras que el ser parmenídeo es presentado como una esfera estática e inmóvil.
El fuego
«El fuego, al venir, juzgará y condenará todas las cosas» [66]
Heráclito ve en el fuego la mejor expresión simbólica de los dos pilares de su filosofía: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues el fuego solo se mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de materia.[67] Diógenes Laercio cita que para Heráclito «el fuego es elemento, y que todas sus vicisitudes o mutaciones se hacen por raridad y densidad».[40] Algunos autores ven en el ejemplo del río el cauce como el Logos que «todo rige», medida universal que ordena el cosmos, y en el agua del río, el fuego.
κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὐτε ἀνθρώπων ἐποίησεν, ἀλλ' ἦν ἀεὶ καὶ ἔστιν καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον μέτρα
Este mundo, el mismo para todos los seres, no fue creado por los hombres ni por dioses, sino que fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se apaga con medida.
Clemente de Alejandría, Stromateis, V, 104, 2 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B30
Aristóteles interpretó el fuego de Heráclito e Hípaso de Metaponto como el arché de la realidad, siendo eterno donde todas las cosas son mutaciones del fuego.[68][69]
Todas las cosas son un intercambio por fuego, y fuego por todas las cosas, como bienes por oro y oro por bienes.
Plutarco, De E apud Delphos, 388 E Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B90
Sin embargo, la lectura monista del fuego es difícil por su doctrina del cambio. El fuego es más un símbolo del cambio. Proporciona un estándar de valor para otras cosas, pero no es idéntico a ellas.[54] Dijo que tanto Dios como el fuego son "querer y excederse".[70] Por "Dios", Heráclito no declaraba la versión cristiana de un solo Dios como motor inmóvil de todas las cosas, Dios como Creador, porque el universo es eterno, "siempre fue y será"; pero lo divino se opone a lo humano; lo inmortal frente a lo mortal, lo cíclico frente a lo transitorio.
Podría decirse que es más preciso hablar de "lo Divino" y no de "Dios". Hipólito lo ve como una referencia del juicio divino y al infierno. A pesar de su empleo del lenguaje religioso, su visión teológica era bastante panteística.[15][39] No obstante en algunos fragmentos habla de un Dios personal.[71]
Dios es: día y noche, invierno y verano, guerra y paz, saciedad y hambre; él toma diferentes formas, lo mismo que el fuego, que al mezclarse con los sahumerios (inciensos) es llamado según el aroma de cada cual de estos.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 10, 6 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B67
Su actitud hacia las religiones de su tiempo, especialmente a la báquica, era hostil.[72]
Política y ética
Demócrito, el "filósofo que ríe" y Heráclito, el"filósofo que llora" por la condición humana.
El hombre puede descubrir este Logos en su propio interior, pues el Logos es común e inmanente al hombre y a las cosas (la doctrina de Heráclito fue interpretada, olvidando esta afirmación del Logos, en la filosofía inmediatamente posterior —sobre todo en Platón— como una negación de la posibilidad del conocimiento: si nada es estable, se niega la posibilidad de un saber definitivo). Sin embargo:
ὕες βορβόρῳ ἥδονται μᾶλλον ἢ καθαρῷ ὕδατι.
Los cerdos gozan más con el fango que con el agua limpia.
Clemente de Alejandría, Stromateis, I, 2, 2 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B13
Su desprecio a los hombres le llevó a pensar que solamente la fuerza obligará a los hombres a obrar en su propio bien. Decía que «a todo animal hay que llevarlo a pastar a golpes»,[64] y «los burros prefieren la paja al oro». Heráclito afirma que la guerra es algo bueno, común para todos, ya que la lucha es justicia.[61][4][73]
La guerra es el padre de todo y el rey de todas las cosas; a algunos seres ha hecho dioses y a otros hombres; a unos esclavos y a otros libres.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 4 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B53
Heráclito no era demócrata, ya que no creía en la opinión de la mayoría para guiar a un pueblo, porque la mayoría es mala y pocos son buenos.[6] Por ejemplo, refiriéndose a Pitágoras, opinaba que hizo pasar por sabiduría lo que no era erudición, sino arte de engañar.[74] Solamente estimaba a Bías, "cuyo nombre es más respetable que el de los demás".[75]
Maestro de la mayoría fue Hesíodo. Creen que sabía muchísimas cosas; él, que no sabía distinguir el día de la noche. En efecto, una sola cosa son.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 10, 2 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B57
Heráclito distingue entre las leyes humanas (nomos) y la ley divina.[76] Él se manifiesta contra el derecho consuetudinario tradicional, en contraposición con la ley dada por el Estado (polis).[12] Sin embargo, elimina el sentido humano de la justicia de su concepto de Dios, pues para Dios todas las cosas son justas, buenas y justas.[77] La ley es obedecer el plan de un solo hombre, y las leyes humanas están alimentadas por la ley divina (el Logos) que los hombres deben defender.[2][71] La verdadera virtud consiste en la subordinación del individuo a las leyes de la armonía del Logos, donde se encuentra la verdadera libertad.[22]
Su ética es un ascetismo orgulloso, parecido al de Nietzsche.[72] Un hombre vale mil si conoce el Logos. La virtud es ser moderado y la sabiduría es conocer y obrar según la naturaleza.[78] Heráclito consideró que el alma humana era una mezcla de fuego (noble) y agua (innoble). Se puede interpretar que Heráclito apreciaba más el autodominio, y despreciaba los placeres que distraen al hombre.[72][79] El placer es frío y húmedo; esto se puede ver en los borrachos.[80]
αυγὴ ξηρὴ ψυχὴ σοφωτάτη καὶ ἀρίστη.
El alma seca es la más sabia y la mejor.
Estobeo, III, 5, 8 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B118
Lo que pase con estas almas secas es bueno. Pensar bien es la mayor excelencia, y la sabiduría es actuar y hablar lo que es verdadero, percibiendo las cosas según su naturaleza.[80][81] La doctrina de la inmortalidad del alma se destaca prominentemente en su ética.[22] También se ha interpretado que Heráclito aboga por un relativismo moral:[65]
El bien y el mal son uno.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 10, 3 en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B58
Cosmología
Artículo principal: Ekpyrosis
Heráclito (nombrado delineado en rojo) en un fragmento de los papiros de Oxirrinco sobre la Luna.
La primera cita del uso más temprano de kosmos en cualquier texto griego existente viene de Heráclito.[10] Para Heráclito el Universo es finito y el mundo es único. Describió la bóveda celeste como un cuenco boca abajo que forma llamas, siendo éstas los astros. Señaló que el Sol es la llama más clara y cálida encontrándose muy alejado de nosotros, y la Luna más cerca. Con esto explicó los eclipses solares y los fenómenos meteorológicos.[82]
Él llamó a todo el cosmos "un fuego eterno".[83] Heráclito se refiere al avance del fuego con el fenómeno de la ekpyrosis, donde todo se destruye en el fuego.[66] Este proceso define claramente el destino del Universo que nace del fuego y luego perece en el fuego. A este proceso de “extinción” lo llama el “camino hacia abajo”. Ahora bien, el devenir no es irracional, ya que el Logos, la razón universal, lo rige: «Todo surge conforme a medida y conforme a medida se extingue». Es el “camino hacia arriba”.[12] Se ha descrito a Heráclito como un hilozoísta[12] y se le atribuye la doctrina cosmológica del eterno retorno. También parece abogar por la reencarnación tras la muerte.[84][85]
Las transformaciones del fuego son: en primer lugar el mar, y del mar a la mitad se transformó en tierra y la otra mitad en torbellino ígneo. La tierra se vuelve en mar líquido y es medida con el mismo Logos que existía antes de su conversión en tierra.
Clemente de Alejandría, Stromateis, V, 104, 3 y 5 Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B31
«En la circunferencia, el principio y el fin coinciden».
«Este mundo, el mismo para todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que ha sido eternamente y es y será un fuego eternamente viviente, que se enciende según medidas y se apaga según medidas».
«La armonía invisible es mayor que la armonía visible».
«Ni aun recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma; tan profundo Logos tiene».
«Pero aunque el Logos es común, casi todos viven como si tuvieran un inteligencia (φρόνησιν) particular».
«Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y que la justicia es discordia».
«Los médicos cortan, queman, torturan. y haciendo a los enfermos un bien, que más parece mal, exigen una recompensa que casi no merecen».
Heráclito reprocha al poeta que dijo: «¡Ojalá se extinguiera la discordia de entre los dioses y los hombres!», a lo que responde: «Pues no habría armonía si no hubiese agudo y grave, ni animales si no hubiera hembra y macho, que están en oposición mutua» (fragmento 9a Walzer = A 22 Diels-Kranz).[86]
Listado de citas
Asimismo, el asteroide (5204) Herakleitos conmemora al filósofo.
Notas y referencias
Algunas fuentes dan por segura la atribución; véase por ejemplo esta página Archivado el 2 de octubre de 2013 en Wayback Machine. de la web Hellenica (enlace consultado el 16 de julio de 2010).
En la misma Encyclopaedia Britannica, edición de 1911, se citan las fechas hacia 540 y 475 a.C.
«Heraclitus». Encyclopaedia Britannica(en inglés). Consultado el 26 de agosto de 2017.
En la obra Grandes Científicos de la Humanidad de Manuel Alfonseca (ISBN 8423986381), Espasa Calpe, 1998; se citan los años hacia 540 y 480 a.C.
Guthrie, William K. C. (2010) [1953]. Los filósofos griegos: de Tales a Aristóteles. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica. p. 53. ISBN 978-968-16-4527-4.
Rodolfo Mondolfo: Heráclito. Textos y problemas de su interpretación. Madrid: Siglo Veintiuno (undécima edición), 2000.
Kirk, Geoffrey Stephen; Raven, John Earle; Schofield, Michael (2014). «VI - Heráclito». Los filósofos presocráticos: historia crítica son selección de textos (Jesús García Fernández, trad.). Barcelona, España: Gredos. p. 213. ISBN 978-84-249-2631-1.
Diógenes Laercio, IX. Heráclito, 5
Graham, Daniel W. (2019). Zalta, Edward N., ed. Heraclitus (Fall 2019 edición). The Stanford Encyclopedia of Philosophy. Consultado el 2 de diciembre de 2019.
Graham, Daniel W. (2019). Zalta, Edward N., ed. Heraclitus (Fall 2019 edición). The Stanford Encyclopedia of Philosophy. Consultado el 2 de diciembre de 2019.
«Heraclitus | Internet Encyclopedia of Philosophy». www.iep.utm.edu. Consultado el 9 de marzo de 2020.
«Heráclito de Éfeso en el Diccionario soviético de filosofía». www.filosofia.org. Consultado el 31 de diciembre de 2019.
Diogenes Laercio, IX. Heráclito, 1
Diógenes Laercio, IX. Heráclito, 5
Copleston, Frederick. «CAPÍTULO V - EL MENSAJE DE HERÁCLITO». HISTORIA DE LA FILOSOFÍA I. LIBER. p. 37.
«Antología filosófica: la filosofía griega » Textos: Los fragmentos de Heráclito». www.cervantesvirtual.com. Archivado desde el original el 8 de junio de 2019. Consultado el 19 de junio de 2019.
Diogenes Laercio, IX. Heráclito, 4
Diogenes Laercio, IX. Heráclito, 2
Coburn, Ross (14 de noviembre de 2017). «DK B125a». Heraclitus—Nimis Obscurē(en inglés). Ross Coburn. p. 167. Consultado el 27 de diciembre de 2019.
«Heraclitus, Greek fragments and Burnet's English translation». philoctetes.free.fr. Archivado desde el original el 18 de agosto de 2013. Consultado el 8 de abril de 2020.
Diogenes Laercio, IX. Heráclito, 3-4
Fairweather, Janet. The Death of Heraclitus.
Pedraza, Francisco Ríos (2009). Historia de la filosofía, 2 Bachillerato: materia común : [Tesela]. Oxford Educación. ISBN 9788467351477. Consultado el 19 de junio de 2019.
Kahn, Charles (1979). The Art and Thought of Heraclitus: Fragments with Translation and Commentary. London: Cambridge University Press. pp. 1–23. ISBN 978-0-521-28645-9.
Diogenes Laercio, IX. Heráclito, 6
Dilthey, Wilhelm (2015). Historia de la filosofía. México D. F.: Fondo de Cultura Económica. p. 29. ISBN 978-607-16-3308-8.
Schuster, Paul. (1873) Heraklit von Ephesos, Liepzig. En Mouraviev, Serge, HERACLITEA IV A. Refectio: "Les muses" ou "De la nature", [Reconstruction du livre d'Héraclite à partir des fragments et témoignages], Academia Verlag, 2011, pp. 172 ss.
«Aristotle, Rhetoric, Bekker page 1407b». www.perseus.tufts.edu. Consultado el 14 de septiembre de 2023.
«αἰνικτής - Ancient Greek (LSJ)». lsj.gr. Consultado el 14 de septiembre de 2023.
Mansfeld, Jaap (1992). Heresiography in Context: Hippolytus' Elenchos As a Source for Greek Philosophy(en inglés). BRILL. ISBN 978-90-04-09616-5. Consultado el 14 de septiembre de 2023.
Michael Stokes "Heraclitus" Cambridge Encyclopedia of Philosophy (1961) p. 480
Technopaegnia in Heraclitus and the Delphica Oracles: Shared Compositional Techniques
DK B92
DK B93
Aguilera Quiroz, Sebastián (2014-11). «DIOS, LÓGOS Y FUEGO EN HERÁCLITO». Byzantion nea hellás (33): 11-27. ISSN 0718-8471. doi:10.4067/S0718-84712014000100001. Consultado el 30 de diciembre de 2019.
admin (11 de junio de 2021). «Biografía y opinones de Heráclito - Diógenes Laercio - Vidas de los filósofos». Torre de Babel. Consultado el 23 de octubre de 2022.
«leg- The American Heritage® Dictionary of the English Language: Fourth Edition. 2000.». web.archive.org. 15 de diciembre de 2007. Archivado desde el original el 15 de diciembre de 2007. Consultado el 26 de mayo de 2020.
Guthrie, W. K. C.; Guthrie, William Keith Chambers (1978). A History of Greek Philosophy: Volume 1, The Earlier Presocratics and the Pythagoreans(en inglés). Cambridge University Press. pp. 419-420. ISBN 978-0-521-29420-1. Consultado el 26 de mayo de 2020.
DK B73
DK B54
DK B123
DK B34 y DK B89
«DK B113». www.heraclitusfragments.com. Consultado el 23 de junio de 2020.
Heráclito de Éfeso; Empédocles; Cardona Castro, Francisco Luis 1940- (D.L. 2016). Textos presocráticos ([Ed. íntegra] edición). Brontes. p. 12. ISBN 9788415605232. OCLC 957751868.
«Heraclitus». www.informationphilosopher.com. Consultado el 27 de agosto de 2020.
Hipólito de Roma, Refutatio, IX, 9, 2 en Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker, 22 B51
Jung. Tipos psicológicos. Página 508, § 789.
Despertar del alma. Estudio junguiano del la "vita nova". Editorial Complutense. 2006. p. 345. ISBN 978-84-7491-826-7. Consultado el 23 de octubre de 2022.
«Heraclitus | Internet Encyclopedia of Philosophy».
«Aristóteles Metafísica 4:8 Del sistema de los que pretenden que todo es verdadero, que todo es falso. Refutación». www.filosofia.org. Consultado el 10 de agosto de 2021.
«Heráclito: concordancia de los contrarios». El vuelo de la lechuza. 19 de marzo de 2015. Consultado el 23 de julio de 2019.
Bassham, Gregory ( 1959-) (cop. 2018). El libro de la filosofía : de los Vedas a los nuevos ateos, 250 hitos en la historia del pensamiento. Librero. p. 32. ISBN 978-90-8998-945-1. OCLC 1123026787. Consultado el 26 de diciembre de 2019.
«Aristotle, Eudemian Ethics, Book 7, section 1235a». www.perseus.tufts.edu. Consultado el 23 de octubre de 2022.
Copleston, Frederick. «CAPÍTULO V - EL MENSAJE DE HERÁCLITO». HISTORIA DE LA FILOSOFIA I. LIBER. p. 39.
Bassham, Gregory ( 1959-) (cop. 2018). El libro de la filosofía : de los Vedas a los nuevos ateos, 250 hitos en la historia del pensamiento. Librero. p. 32. ISBN 978-90-8998-945-1. OCLC 1123026787. Consultado el 26 de diciembre de 2019.
DK B11, de Aristóteles Del mundo, VI, 401a 10
«Heraclitus - Fragments - B91». www.heraclitusfragments.com. Consultado el 23 de junio de 2020.
DK B6, de Meteorológicos (Aristóteles) II. 2, 355a 13
En la misma Encyclopaedia Britannica, edición de 1911, se citan las fechas hacia 540 y 475 a.C.
Dr. Ibáñez Morino, Carlos (2006). «Heráclito de Éfeso - HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOCIAL Y POLÍTICO I». UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN.
(Hipólito, Refutatio, IX, 10, 6; en Diels-Kranz, ''Die Fragmente der Vorsokratiker'', 22 B66) Heráclito de Éfeso; Empédocles; Cardona Castro, Francisco Luis 1940- (D.L. 2016). Textos presocráticos ([Ed. íntegra] edición). Brontes. p. 28. ISBN 9788415605232. OCLC 957751868. Consultado el 17 de junio de 2019.
Heráclito de Éfeso; Empédocles; Cardona Castro, Francisco Luis 1940- (D.L. 2016). Textos presocráticos ([Ed. íntegra] edición). Brontes. p. 23. ISBN 9788415605232. OCLC 957751868. Consultado el 18 de junio de 2019.
Aguilera Quiroz, Sebastián (2014-11). «DIOS, LÓGOS Y FUEGO EN HERÁCLITO». Byzantion nea hellás (33): 11-27. ISSN 0718-8471. doi:10.4067/S0718-84712014000100001. Consultado el 23 de julio de 2019.
«Aristotle, Metaphysics, Book 1, section 984a». www.perseus.tufts.edu. Consultado el 17 de mayo de 2020.
Cardona Castro, Francisco Luis (D.L. 2016). Textos presocráticos ([Ed. íntegra] edición). Brontes. p. 15. ISBN 9788415605232. OCLC 957751868. Consultado el 17 de junio de 2019.
«DK B112». www.heraclitusfragments.com. Consultado el 23 de junio de 2020.
«DK B4». www.heraclitusfragments.com. Consultado el 31 de diciembre de 2019.
«Heraclitus, Ethics/Happiness». www.heraclitusfragments.com. Consultado el 23 de febrero de 2020.
«DK B112». www.heraclitusfragments.com. Consultado el 23 de febrero de 2020.
Diógenes Laercio, IX. Heráclito, 8-9
«DK B30». www.heraclitusfragments.com. Consultado el 23 de julio de 2019.
Heráclito de Éfeso; Empédocles; Cardona Castro, Francisco Luis 1940- (D.L. 2016). Textos presocráticos ([Ed. íntegra] edición). Brontes. p. 16. ISBN 9788415605232. OCLC 957751868. Consultado el 17 de junio de 2019.
Casadesús Bordoy, Francesc (1995). «Heráclito y el orfismo». Enrahonar : quaderns de filosofia: 103-116. ISSN 0211-402X. Consultado el 12 de enero de 2020.
Large, William. «Heraclitus». Arasite. Consultado el 3 de marzo de 2017.
Wesling, Donald (27 de abril de 1996). «The scissors of meter : grammetrics and reading». Ann Arbor : University of Michigan Press – via Internet Archive.
«Parmenides, Greek fragments and Burnet's English translation». philoctetes.free.fr.
«Parmenides | Internet Encyclopedia of Philosophy». www.iep.utm.edu. Archivado desde el original el 5 de noviembre de 2019. Consultado el 9 de marzo de 2020.
«Presocratic Philosophy». Stanford Encyclopedia of Philosophy. Consultado el 11 de junio de 2020.
Hoffman, David C. (1 de enero de 2006). «Structural Logos in Heraclitus and the Sophists». Advances in the History of Rhetoric9 (1): 1-32. ISSN 1536-2426. doi:10.1080/15362426.2006.10557259. Consultado el 17 de septiembre de 2021.
Symposium, 207d
Metaphysics, 987a32
Darvishy, Saeed; Zakiany, Gholamreza (21 de marzo de 2014). «Examination of Aristotle's Critiques of Heraclitus' Cosmology on Criticisms of Plato and Sophists». Wisdom and Philosophy10 (37): 7-24. doi:10.22054/wph.2014.6141 – via wph.atu.ac.ir.
440c–d.
Crátilo. 440c–d.
Aristóteles, 384-322 a. C. (2003). «Libro 4, Capítulo 7». Metafísica. 1012a-25: Editorial Gredos. p. 200. ISBN 8424916662. OCLC 710018427. Consultado el 19 de junio de 2019.
«Aristotle». faculty.fiu.edu. Consultado el 17 de septiembre de 2021.
Plotino (2007). Enéadas. Ediciones Colihue SRL. ISBN 9789505630325. Consultado el 19 de junio de 2019.
J. F.. Kindstrand, “The Cynics and Heraclitus”, Eranos 82 (1984), 149–78
Abraham Malherbe. SelfDefinition among the Cynics
Sexto Empírico, Esbozos pirrónicos I, 29, 210–211.
Gale, Monica R. (2007). «The Presocratics in Book 1 of Lucretius' De Rerum Natura». Oxford Readings in Lucretius(en inglés). OUP Oxford. pp. 132-134. ISBN 978-0-19-153198-9. Consultado el 24 de octubre de 2022.
admin (11 de junio de 2021). «Biografía de Epicuro - Diógenes Laercio - Vidas de los filósofos ilustres». Torre de Babel. Consultado el 24 de octubre de 2022.
Cervantes, Biblioteca Virtual Miguel de. «De la naturaleza de las cosas : poema en seis cantos / de Tito Lucrecio Caro; traducido por D. José Marchena». Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado el 24 de octubre de 2022.
Long, A. A. (2001). Stoic Studies. University of California Press. pp. Chapter 2. ISBN 978-0-520-22974-7.
«Santo Evangelio según San Juan, Edición Reina Valera, 1909». www.e-torredebabel.com. Consultado el 26 de diciembre de 2019.
Heidegger, Martin (2014). Introduction to Metaphysics, Second Edition. New Haven & London: Yale University Press. ISBN 978-0-300-18612-3.
Book IX leading sentence.
DK B67, de Hipólito, Refutación de todas las herejías IX.10.8
Max Bernhard Weinsten, Welt- und Lebensanschauungen, Hervorgegangen aus Religion, Philosophie und Naturerkenntnis ("World and Life Views, Emerging From Religion, Philosophy and Perception of Nature") (1910), p. 233
Hippolytus. «Refutation of All Heresies». New Advent. pp. Book IX Chapter 5. Consultado el 1 de diciembre de 2007.
Martyr, Justin. «First Apology of Justin». Early Christian Writings.
de Montaigne, Michel (26 de octubre de 2004). «Of Democritus and Heraclitus». The Essays (Project Gutenberg).
Acto primero, escena II, linea 43.
Lectures on the History of Philosophy (1892), trans. E. S. Haldane, p. 279
«Lenin’s Conspectus of Lassalles Book The Philospohy of Heraclitus the Obscure of Ephesus». www.marxists.org. Consultado el 17 de septiembre de 2021.
«Popper on Marx on History | Issue 131 | Philosophy Now».
Gigon, Olof. (1980). Los orígenes de la filosofía griega : De Hesiodo a Parménides. Gredos. p. 221, 257-273. ISBN 842492181X. OCLC 625026828. Consultado el 19 de junio de 2019.
«▷Los ecos de Heráclito y Aristóteles en la dialéctica de El Capital de Marx». La Trinchera -proyecto de jóvenes marxistas cubanos. 27 de junio de 2018. Consultado el 19 de junio de 2019.
«Socialism: Utopian and Scientific (Chpt. 2)». www.marxists.org. Consultado el 2 de diciembre de 2019.
Kierkegaard, Soren. Temor y Temblor. Luarna Ediciones. p. 316. Archivado desde el original el 14 de julio de 2019.
Zabalo, Jacobo (2014). «Nietzsche con Heráclito, o la oscura naturaleza del pensamiento». Ars Brevis0 (20): 250-272-272. ISSN 2339-9775. Consultado el 19 de junio de 2019.
Naraniecki, Alexander (10 de enero de 2014). Returning to Karl Popper: A reassessment of his politics and philosophy. Rodopi. ISBN 9789401210454 – via Google Books.
Jung, C. G. (2014). Two Essays on Analytical Psychology. Routledge. p. 72. ISBN 9781317535362.
Jung, C. G. (2013). William McGuire, ed. Analytical Psychology: Notes of the Seminar given in 1925 (Collected Works of C. G. Jung, Volume 3 edición). Routledge. p. 77. ISBN 9781134677740.
Jung, C. G. (1953). Psychology and Alchemy (R. F. C. Hull, Gerhard Adler, trads.) (Collected Works of C. G. Jung, Volume 12 edición). Princeton University Press. p. 196. ISBN 9780691018317.
Bibliografía
Delgado, José Antonio Russo (1988). Los presocráticos, II El Logos, Heráclito. UNMSM. ISBN 978-9972-46-096-8.
Carpio, Adolfo P. (2004). Principios de filosofía. Ed. Glauco, Buenos Aires. ISBN 950-9115-01-0.
Cardona Castro, Francisco Luis (2019). Textos presocráticos. Ediciones Brontes. ISBN 9788415605232. OCLC 957751868.
Eggers Lan, Conrado; y Juliá, Victoria E. (Introducciones, traducciones y notas) (1978 (2ª edición 1986)). Los filósofos presocráticos: Vol. I. Madrid: Editorial Gredos.
Gallero, José L.; y López, Carlos E. (2009). Heráclito: fragmentos e interpretaciones. Madrid: Ediciones Ardora. ISBN 84-88020-40-6.
García Calvo, Agustín (1985). Razón común. Edición crítica, ordenación, traducción y comentario de los restos del libro de Heráclito. Lecturas presocráticas II. Madrid: Lucina (1ª Ed.). ISBN 84-85708-23-7.
Graham, D. W. (2002). «Heraclitus and Parmenides». En Caston, V.; Graham, D. W., eds. Presocratic Philosophy: Essays in Honour of Alexander Mourelatos. Aldershot: Ashgate. pp. 27-44. ISBN 978-0-7546-0502-7.
Guthrie, W. K. C. (1962). A History of Greek Philosophy: The Earlier Presocratics and the Pythagoreans1. Cambridge: Cambridge University Press.
Heidegger, Martin & Eugen Fink. Trad. de Jacobo Muñoz y Salvador Mas (1986). Heráclito. (Título original: Heraklit. Seminar Wintersemester 1966–1967, Vittorio Klostermann, Frankfurt a. M., 1970). Ed. Ariel, Barcelona.
Kahn, Charles H. (1979). The Art and Thought of Heraclitus. An Edition of the Fragments with Translation and Commentary. Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 978-0-521-21883-2.
Kirk, G. S. & Raven, J. E. & Schofield, M. (2008). Los Filósofos presocráticos. Historia crítica con selección de textos. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-3567-2.
Mondolfo, Rodolfo (1983). Heráclito: textos y problemas de su interpretación. Siglo XXI. ISBN 978-968-23-0277-0.
Reale, Giovanni; Antiseri, Dario (2007). Historia de la filosofía. Editorial San Pablo. ISBN 978-958-692-865-6.
Ortega y Gasset, José. Edición de Paulino Garagorri (1981). Origen y Epílogo de la Filosofía. Revista de Occidente en Alianza Editorial, Madrid.
Patiño, Mario; Rachid, Omar; Delgado, Waldino (2006). «Heráclito de Éfeso». UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES.
Schöndorf, Harald (2000). «Heráclito, Hipólito y el tornillo batanero. Acerca del Fragmento 59 de Heráclito (m.-K)». Nova Tellus (18 (1)).
Warren, James (2014). Presocratics. Routledge. ISBN 978-1-317-49337-2.
West, Martin L. (1971). Early Greek Philosophy and the Orient(en inglés). Clarendon Press. Consultado el 6 de marzo de 2022. Capítulos 4-6
Wheelwright, Philip (1959). Heraclitus. Princeton, NJ: Princeton University Press.
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Heráclito.
Varios autores (1910-1911). «Heraclitus». En Chisholm, Hugh, ed. Encyclopædia Britannica. A Dictionary of Arts, Sciences, Literature, and General information(en inglés) (11.ª edición). Encyclopædia Britannica, Inc.; actualmente en dominio público.
Heraclitus por Daniel W. Graham en la Internet Encyclopedia of Philosophy.
Heraclitus por Daniel W. Graham en la Standford Encyclopedia of Philosophy.
Heraclitus en la Encyclopaedia Britannica.
HERÁCLITO.
Los fragmentos, en traducción de José Gaos, en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Traducciones al inglés (la mayoría, de John Burnet), con índice electrónico; en el mismo sitio.
Textos en griego, con índice electrónico; en el mismo sitio.
Textos en griego en el sitio de la Bibliotheca Augustana (Augsburgo).
Heraclito.org Archivado el 6 de mayo de 2020 en Wayback Machine. (en español).
«FILOSOFOS PRESOCRÁTICOS DIALÉCTICA Heráclito de Éfeso (570-475 a de Cristo)».
DIÓGENES LAERCIO: Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, IX, 1 - 17 (Heráclito).
Traducción española en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Texto griego en Wikisource.
DIELS, Hermann Alexander: Fragmentos de los presocráticos (Die Fragmente der Vorsokratiker). La primera edición se hizo en 1903 en Berlín, y fue dirigida por el propio Diels. A partir de la 5ª, sustituiría a Diels Walther Kranz.
XII: Herakleitos.
Texto griego, con comentarios en alemán: 1.ª ed., de 1903, en facsímil electrónico en Internet Archive.
Texto griego de la 2ª ed., de 1906, en el sitio de Philippe Remacle (1944 - 2011).
TANNERY, Paul: Pour l'histoire de la science hellène (1930).
VII: Heráclito de Éfeso (Héraclite d'Éphèse): doxografía y fragmentos.